Poner freno a los casos de pornografía infantil en la red es una lucha que debe pertenecer a todos. Por ello, ante el aumento de casos de esta índole, resulta crucial conocer los métodos para denunciar responsablemente a los posibles pedófilos.

Imagen extraída de la web
Con el aislamiento preventivo y la pausa en las actividades académicas presenciales, niños y niñas de distintas edades disponen de más tiempo para navegar en internet. Así como el mundo virtual se convirtió en un sustituto para las aulas físicas, este espacio sigue presentando riesgos que requieren atención tanto de organismos estatales como de los padres de familia.
La exposición a pedófilos disfrazados de internautas bienintencionados constituye uno de los mayores peligros para los menores en la web. En lo que va del año, 667 casos de pornografía infantil fueron denunciados ante el Ministerio Público, según la fiscala Irma Llano, miembro de la Unidad Especializada de Delitos Informáticos.
En este contexto, el mes pasado se dio a conocer el caso de un hombre de J. Augusto Saldívar que extorsionaba a menores de edad para que estos le envíen fotos íntimas a cambio de recargas de diamantes en el juego Free Fire. Este caso permite constatar que los métodos para adquirir el material pornográfico también se adecuan a las plataformas más utilizadas por jóvenes, utilizando estos espacios recreativos con propósitos ocultos.
En principio, para combatir esta problemática, la recomendación de las entidades públicas es instalar herramientas informáticos de control parental en los aparatos electrónicos que utilizarán los menores y concienciar a los más jóvenes acerca de la utilización sana de sus recursos tecnológicos.

Fuente: Twitter @MinPublicoPy
¿Qué puede hacer la comunidad cibernética para proteger a los niños y niñas?
Existen frases que utilizan los pedófilos en la web para disfrazar la pornografía infantil y evitar ser detectados por los filtros de internet contra la pedofilia. Códigos como “caldo de pollo”, “club penguin” y “código postal” pueden ser identificados por las iniciales CP, en referencia a Child Pornography. Sin embargo, la creatividad para maquillar la perversión puede tomar varias formas y, por ello, resulta preciso mantener los ojos abiertos ante cualquier otro tipo de enunciados sospechosos.
Una vez que los posibles productores o distribuidores de pornografía infantil sean identificados, la denuncia se puede realizar en la mesa de entrada de la Unidad Especializada de Delitos Informáticos o en el portal de denuncias de trata de personas y explotación sexual infantil del Ministerio Público. En este sitio web, se encuentra un formulario que debe ser llenado con el motivo de la denuncia, el rango de edad de los niños o adolescentes afectados e información en caso de que la denuncia involucre a menores cautivos por redes de pedofilia.
El artículo 140 del Código Penal señala que todos los eslabones de esta cadena de distribución se exponen a una pena carcelaria de hasta cinco años, desde la producción y financiación del contenido hasta la tenencia y difusión del material pornográfico relativo a menores de edad. Proteger a los niños y niñas está en manos de todos, denunciá a quienes atentan contra su integridad tanto en el mundo virtual como en el real.
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Sin dudas un articulo interesante en las manos de una Joven brillante !!!! Me encanta , y sigue produciendo que llegarás hasta la cima❤